domingo, 20 de diciembre de 2015

CONDE DE ALDAMA II (PONTIFICIO)

El título de Conde de Aldama, fue concedido a D. Antonio de Aldama y Mendibil, por el Pontífice León XIII, mediante Breve Pontificio dado en Roma el día 21 de junio de 1899.



D. Antonio Aldama y Mendibil, nació el día 11 de mayo de 1867, siendo bautizado en la parroquia de Santa María de Amurrio, diócesis de Vitoria. Era hijo de D. José Aldama y Dª Damiana Mendibil, siendo nieto por línea paterna de D. Juan Aldama y Dª Inés Jarritu y por línea materna de D. Ambrosio Mendibil y Dª Ildefonsa Mendibil. Estudió Bachillerato en el Colegio de la Compañía de Jesús de Ortuña y posteriormente hizo la carrera eclesiástica obteniendo en la Universidad de Salamanca las licenciaturas de Teología y Cánones. Recibió las cuatro órdenes menores previas al presbiterado, pero finalmente dejó la carrera eclesiástica. Estaba casado con Dª Dolores Pruaño Velarde y tuvo siete hijos, falleciendo dos prematuramente, pero el resto de los hijos llevarón a cabo una vida religiosa como sacerdotes y religiosas. Se dedicó a negocios financieros, construcción naval y minería y fue impulsor de una importante empresa vinícola de Aldama. Posteriormente compró varias empresas y bodegas vinícolas, siendo un importante contribuyente en la ciudad en la que residía. También participó en política, siendo Jefe del Partido Católico Andaluz y Diputado a Cortes por Azpeitia, así como fundador del diario católico “El Observador”. Llamado por el espíritu religioso, fue ordenado sacerdote en 1929 por el Arzobispo de Granada, ingresando en la Compañía de Jesús. Falleció el 1 de febrero de 1930 en Azpeitia (Guipúzcoa).



El Papa León XIII, otorga a D. Antonio Aldama y Mendibil el Título de Conde de Aldama mediante el siguiente Breve Pontificio:
“Al amado Hijo, Antonio de Aldama = León XIII, Papa = Amado Hijo, salud y la Bendición Apostólica. Habiendo sabido Nos que tú, que brillas con excelentes virtudes empleas con generosidad tus riquezas en toda clase de obras católicas, prestando constante auxilio, ya a las congregaciones religiosas, ya al esplendor y culto de los templos, ya también a todo género de desgracias, desde luego te hemos juzgado digno de que te otorguemos gustosamente un título sobremanera honorífico. Por lo cual absolviéndote y juzgando que quedarás absuelto, tan solo para este efecto, de cualesquiera sentencias, censuras y penas de excomunión y entredicho y demás eclesiásticas, si acaso hubieres incurrido en algunas, por estas Letras con Nuestra Autoridad te hacemos, constituimos y nombramos Conde, pero sin que este título competa a tus descendientes por derecho de transmisión. Te concedemos, pues, amando hijo, que lícitamente puedas y tengas facultad para llamarte y que te llamen con semejante título honorífico en documentos públicos y privados en diplomas y aún en cualesquiera Letras Apostólicas y que uses y disfrutes de todos y de cada uno de los honores, privilegios, prerrogativas y gracias de que usan y disfrutan o pueden y puedan usar y disfrutar los demás condecorados con tal honor. Sin que obsten cualesquiera disposiciones que obren en contrario. Dado en Roma en San Pedro con el Anillo del Pescador el día veinte y uno de Junio de mil ochocientos noventa y nueve, año vigésimo segundo de Nuestro Pontificado = Luis Cardenal Macchi, con rúbrica = Lugar + del Sello del Pescador.”

Instruido el oportuno expediente en el Ministerio de Gracia y Justicia, mediante Real Orden de 25 de abril de 1901, se le autorizó para usar en España el Título Pontificio de Conde de Aldama, abonando en la Intervención de Hacienda de Madrid, la cantidad de 24.000 pesetas por el impuesto especial que grava estos títulos.

Su Majestad Alfonso XIII con fecha 1 de julio de 1901, autoriza a D. Antonio de Aldama y Mendibil, a usar en España el Título de Conde de Aldama, conservando el carácter de su procedencia.

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